lunes, 8 de marzo de 2010

Los Mayas: ¿calendario de lo inevitable?

Desde el Tsunami asiático, en 2004, la Tierra vive cataclismos con gran frecuencia.

¿Se aproxima el fin de la era actual con más terremotos y caos como lo profetizaron Los Mayas?

Cierto o no la verdad es que estamos parados sobre un mundo en pleno movimiento
.


Los 57 muertos que deja el terremoto de Turquía, los 212 que dejó el de Haití y las 700 víctimas del de Chile prueban que la naturaleza es ciega en los propósitos humanos pero sabia en su eterna búsqueda de equilibrio con relación al Universo donde todo es movimiento y explosión.
Los movimientos del cosmos en expansión generan desequilibrio en cada uno de los astros y mundos siderales que le integran. El Planeta Tierra responde a las agitaciones del Universo reajustando sus placas tectónicas y liberando energía acumulada en la estructura rocosa en un proceso infinito de movimiento que comenzó hace cientos de miles de años y que ha permitido la vida en millones de formas y manifestaciones.
La Tierra, como lo dijo Copérnico en el siglo 16, no es el centro del Universo sino un planeta más. El puesto que la humanidad ocupa en el Universo no le garantiza un trato especial ni privilegiado pues lo que prima es la búsqueda incesante del asiento de sus fuerzas.

El hombre es un recién llegado a la fiesta de la creación del Universo. Su aparición se registra desde hace unos 2 millones de años con manifestaciones del hombre moderno de apenas hace 100 mil años y del Cromagnon (que todavía se ve como un ser primitivo) hace tan solo 40 mil años. Aparición demasiado reciente si se tiene en cuenta que la edad del Planeta esta calculada en mas 4.500 millones de años.
Durante periodos importantes la vida en el Planeta prácticamente desapareció en porcentajes determinantes de hasta un 90% como en las edades del hielo que se han presentado varias veces a través de la historia geológica.
La relación Tierra-Universo no se puede entender sin las fuerzas que desatan la energía. La energía es el principio creador del Universo así quedó establecido desde las primeras millonésimas de segundo que dieron origen al Universo naciente.
Según los astrofísicos todo comenzó con un punto de infinita densidad que explotó y dio origen a toda la energía, la materia, el espacio y el tiempo tal como lo entiende el hombre moderno.
Después de cientos de millones de años las nubes que se formaron de esa gran explosión empezaron a reunirse atraídas por la fuerza de la gravedad y surgieron los primeros soles del universo. La reunión de billones de soles conforman una Galaxia de las cuales La Vía Láctea (dentro de la cual está nuestro sol) no es sino una entre 100 mil millones de galaxias o más que integran el Universo.
Las historias de los pueblos antiguos siempre han reconocido los movimientos del Universo y de la Tierra como cíclicos no lineales que responden a eras o etapas. Los Mayas hablan de una era que esta muy próxima a terminar, el 22 de diciembre del 2012 cuando el mundo, tal como lo conocemos ya no será.
Ciertas o no sus predicciones, la verdad es que es en el pasado el Planeta Tierra no tenía el aspecto actual ni las características físicas de hoy. 700 millones de años atrás todos los continentes estaban unidos en una masa sólida, en un solo cuerpo, que se conoce como Pangea: (Toda la Tierra).

Cientos de billones de movimientos en las placas tectónicas desprendieron los continentes que a su vez se han ido desplazando a través del tiempo y que con movimientos volverán a unirse para formar, de nuevo, el supercontinente.
Hace 15 mil años el Planeta estaba viviendo un proceso de enfriamiento y hace 40 mil años los Neardentales, en Europa, contemporáneos del Cromagnon, vagaban por sus celdas y montañas llenas de nieve.
Venimos de una etapa de glaciación y regresaremos a otra etapa de glaciación y al producirse el fenómeno de calentamiento global las zonas que antes estaban cubiertas de hielo emergerán de nuevo a la superficie en un proceso inacabable de movimiento para reencontrar el equilibrio de las fuerzas.

Cuando la naturaleza se desata en esa destrucción lleva su propia semilla; los cambios resultan a veces benéficos y muchísimas veces no tanto para los seres vivos que aloja el Planeta
En ese ciclo de sucesión de las cosas al hombre le resulta imposible frenar el proceso y enfrentar la fuerza implacable de la Naturaleza porque su capacidad de destrucción y muerte es superior a las propias armas.

A finales del siglo 19, en 1883, sucedió una de las explosiones de la naturaleza mas potentes que ha tenido la Tierra en la era actual: la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, con un poder de destrucción de más de 100 megatones, (el equivalente a 100 millones de toneladas de dinamita (TNT)) una energía con capacidad destructiva mil veces superior que la Bomba de Hiroshima la cual tuvo una potencia de 20 kilotones (20 mil toneladas de TNT).
La explosión catastrófica del Krakatoa destruyó la isla y arrasó a un centenar de aldeas; la onda explosiva fue tan potente que se escuchó en Madagascar, a más de 2.200 millas de distancia, cerca de 3.500 kilómetros.
Miles de años antes de la erupción del Krakatoa, encontramos registrada por la historia, en el 1.650 a. de C. una hecatombe en la isla griega de Santorine.
Las erupciones de un potente volcán arrasó a Satorine y a otras islas vecinas entre ellas Creta, isla supremamente importante dentro de la cultura griega porque allí se crea la historia de Minos, el Laberinto y el Minotauro y el mito de Icaro, símbolos de la civilización minoica, origen de la cultura griega antigua.

Otra hecatombe famosa se sucede en el año 79 d. C en Pompeya y Herculano, prósperas ciudades del imperio Romano que fueron arrasadas, simultáneamente, por la violenta erupción del volcán Vesubio que sepultó las ciudades y mató a sus habitantes.
El siglo 21 d. C. lo recibimos con otro fenómeno natural que produjo una gran catástrofe humana. El 26 de diciembre de 2004 un voraz Tsunami arrasó las costas de Indonesia y mató a más de 200 mil personas con olas de hasta 30 metros de altura y velocidades de hasta 700 kilómetros-hora.
El Tsunami asíatico se desató como consecuencia de un terremoto a 4 mil metros de profundidad en el océano Índico que marcó 9 grados en la escala de Richter. La onda expansiva de las olas afectó a países vecinos como Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, India, Bangladesh, Burma, Malasia, Islas Maldivas, Somalia, Kenia, Tanzania y las Islas Seychelles.

Seis años después, en este 2010, el 12 de enero, la ciudad de Puerto Príncipe, capital de Haití, fue sacudida por otro catastrófico fenómeno natural un terremoto de 7 grados dejó en escombros la ciudad y mató a más de 220 mil personas. Su reconstrucción material cuesta 20 mil millones de dólares.

No superábamos las imágenes de desolación y miseria del terremoto en Haití cuando otro evento estremeció el continente americano. Al amanecer del sábado 27 de febrero la tierra chilena se sacudió con un terremoto de 8.8 grados en la escala Richter, creando dolor e incertidumbre en el pueblo y en especial en la ciudad de Concepción, la mas afectada y atemorizada por el incesante número de réplicas.
Cifras provisionales hablan de más de 700 muertos y pérdidas materiales que superan los 45 mil millones de dólares. Reconstruir es el reto que enfrenta el nuevo presidente Sebastián Piñera quien se posesiona el 11 de marzo.

Los ciclos de la naturaleza no se detienen como tampoco su mutación y evolución aunque eso implique la perdida de todo tipo de vida. Estos eventos naturales fatales para el hombre se presentaron en los tiempos pretéritos y se repetirán en el tiempo futuro.

Sin embargo, los últimos seis años han sido fatales para la humanidad por el número frecuente de potentes eventos naturales: el Tsunami asiático, el Huracán Katrina que arrasó a New Orleans y mató 1.836 personas, las temporadas de huracanas en el Atlántico, los terremotos de Haití, Chile y China y recientemente el terremoto de Turquía, con más de 40 réplicas que dejan mas de 50 muertos.

¿Por qué la Tierra está tan agitada por estos tiempos? ¿Acaso estamos viviendo un período de cambio específico como predijo la civilización Maya hace 5 mil años? ¿O estos cataclismos simplemente son parte de la cotidianidad del Universo?

El pueblo Maya tenía un calendario complejo y exacto de los movimientos de la Tierra y el Sol en él que pronosticaron un futuro apocalíptico para la humanidad con terremotos destructivos y desbordamientos de las aguas al final de la actual Era que comenzó el 12 de agosto de 3114 a. C y terminará el 22 de diciembre de 2012 d.c. En ese momento la Tierra como la conocemos hasta ahora será destruida por cataclismos.

De ser ciertas las predicciones del misterioso pueblo Maya estaríamos viviendo en los años finales del presente ciclo o la Quinta Era del Sol que terminará para dar comienzo a otra fase de la Naturaleza.

Los Mayas eran astrónomos expertos, median con rigor los movimientos del Sol y la Tierra, de los planetas, Venus, Marte, Júpiter y del grupo estelar de Las Pléyades lo que les permitió predecir eclipses con precisión y formar la base de un sistema calendárico complejo que se alargaba por miles de años.
Creían que antes de la creación del hombre moderno habían existido cuatro razas en sus respectivas cuatro eras que desaparecieron por cataclismos asociados por cambios en el campo magnético del Sol.
¿Sabían más los Mayas del Universo que lo que sabemos nosotros? ¿ofrece su calendario datos determinantes para la superviviencia de la vida en el Planeta? No lo sabremos con exactitud pues su civilización desapareció misteriosamente de la península de Yucatán entre el 600 y el 800 d.C.

Habrá que esperar hasta que llegue el día señalado por ellos para saber cual será nuestra suerte. Posiblemente el mundo no se acabará el 22 de diciembre de 2012 con otro Big Bang sino que el Planeta sufrirá, tal como hoy lo padece, inundaciones, erupciones volcánicas y caos en respuesta a períodos cíclicos que duran cientos de miles de años.

El hombre, que vive máximo cien años, no permanece el tiempo suficiente para ver la totalidad del proceso cosmológico. El hombre es apenas un testigo casual que vive a merced de las fuerzas de la Naturaleza. Su deber es trabajar para mitigar el impacto de la tragedia que al final es inevitable.

Fuentes; Las Profesías Mayas, Adrian G. Gilbert y Maurice M.. Cotterrell
Los primeros tres minutos del Universo. Steven Weinberg