viernes, 25 de noviembre de 2011

NORIEGA: PANAMÁ SACUDE SU MEMORIA

La extradición a Panamá del ex dictador Manuel Antonio Noriega es inminente, pero lo que nadie sabe es si está dispuesto a abrir el baúl donde guarda los secretos de su nefasto paso por el poder


El regreso a Panamá del ex dictador Manuel Antonio Noriega tiene nerviosos a los políticos corruptos, lavadores de dinero y viejos cómplices que al igual que él se lucraron de forma ilegal con los recursos del Estado.

Pero sus compinches, poseedores de fortunas ilegales, no son los únicos preocupados con las revelaciones que haría Noriega a la justicia panameña durante los juicios que tiene pendientes en su tierra natal.

También deben estar inquietos los viejos militares que hicieron parte de sus francachelas y bacanales y quienes luego conspiraron en su contra antes y durante la sangrienta invasión estadounidense a Panamá el 20 de diciembre de 1989, que provocó la muerte de miles de civiles panameños, la mayoría de sectores pobres, por el bombardeo indiscriminado y simultáneo contra todos los objetivos militares del país.

Con el retorno del convicto Noriega, Panamá tendrá que devolver la página de su historia hasta finales de los años sesentas para esclarecer su responsabilidad en la desaparición y muerte del soldado panameño-estadounidense Evert Clayton Kimble (1968) y de los dirigentes de la oposición Luis Quiroz (1969) y Heliodoro Portugal (1970).

Mientras la justicia panameña resuelve debidamente las anteriores investigaciones que aún están pendientes, en Panamá, el ex dictador también debe hacer frente a seis condenas impuestas ya en su ausencia que acumuladas suman mas de 65 años de prisión por los delitos de peculado, desaparición forzada y los homicidios del líder opositor panameño Hugo Spadafora (1985), del capitán Moises Giroldi y por la masacre de Albrook, en 1989.

La masacre de Albrook, como se conoce la ejecución sin piedad de nueve ex militares panameños que el 3 de octubre de 1989 se alzaron en armas contra Noriega, ejemplifica el alto nivel de crueldad al que llegó el tirano y la historia de terror que sembró a su paso.

El informe forense asegura que antes de ser fusiladas, las víctimas fueron "torturadas sistemáticamente, sometidas a dolores graves y sufrimientos de índole física y mental" y que "murieron de manera violenta, traumática y atrozmente".

La justicia panameña responsabilizó de esa matanza a la cúpula militar de Noriega que en ese entonces ejercía como Comandante Jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá. Los responsables reportaron falsamente que las muertes se habían producido en combate cuando en realidad las víctimas vivieron un verdadero infierno y horas de intenso terror tras su captura, luego del fracaso de la intentona golpista.

Durante los juicios se conoció que, luego de ser capturados, los ex militares fueron esposados, encapuchados y golpeados con bates de aluminio. Luego fueron fusilados, sin derecho a un juicio justo.

El tirano dictador negó su responsabilidad en estos hechos y se defendió diciendo que no tuvo el control del mando porque por esos días había anarquía de guerra. Noriega fue condenado, como instigador de estos hechos a veinte años de cárcel.


La gran paradoja es que el ex general podría salvarse de ir a la cárcel pues las leyes de su país otorgan el beneficio de casa por cárcel a las personas mayores de 72 años. Y Noriega tiene 77.

Los familiares de una de las víctimas de la dictadura, el opositor Hugo Spadafora, han rechazado la inminente repatriación y desde ya piden un juicio público al ex dictador porque su extradición es casi un hecho.

Si los trámites burocráticos se cumplen Noriega sería repatriado a Panamá antes de la navidad. Llegará procedente de Francia donde ya cumplió más de la mitad de la pena luego de ser condenado a siete años por lavado de activos del Cartel de Medellín. Su extradición tiene el visto bueno de los Estados Unidos, país donde Noriega pagó veintiún años de cárcel por narcotráfico.

El presidente Ricardo Martinelli ha confirmado que los trámites administrativos entre los gobiernos de Francia y Panamá avanzan sin obstáculos y que si Noriega es extraditado "iría directo a a la cárcel El Renacer a purgar sus condenas pendientes".

El Jefe de Estado no descartó que el anciano ex dictador podría verse beneficiado con la ley que permite casa por cárcel a los ciudadanos de avanzada edad, asunto que según él, deberá ser resuelto por los jueces de cada caso.

Por su parte el amigo y ex ministro de Noriega, Mario Rognoni, ha dicho en Panamá que si bien los abogados defensores podrían invocar el beneficio de casa por cárcel para el condenado "ese no es un tema que preocupe al ex dictador" quien no ha ocultado su entusiasmo con la idea de regresar a su país "aunque sea a prisión, pero cerca de su esposa, sus hijos y sus nietos".

En la cárcel o fuera de ella, revelando o no secretos oscuros de su fatal dictadura, lo cierto es que después de 23 años de ausencia, en plenas fiestas navideñas, el país le verá nuevamente la cara al viejo ex dictador, al militar inclemente y sangriento, al convicto criminal que gobernó de facto sumiendo a la nación en una grave crisis económica, política y social.

Tendría razón entonces el Ministro panameño de Relaciones Exteriores, Roberto Henríquez, quien recientemente ironizó al decir que "para nosotros Noriega no es un gran premio que vamos a recibir".
Ciudad de Panamá, Noviembre 25 de 2011