domingo, 11 de diciembre de 2011

#NORIEGA DIÓ LA CARA A #PANAMÁ





Primeras fotos del ex dictador Manuel Antonio Noriega tras su llegada a Panamá


Noriega, de 77 años, llegó a las 6:04 p.m de este domingo, en el vuelo Iberia 6345 repatriado desde Francia y luego de permanecer 22 años en carceles de Miami y Paris.



Tras su llegada fue trasladado en un helicóptero hasta El Renacer, antigua cárcel de los EU ubicada a 40 kilómetros de Ciudad de Panamá.


Ingresó al centro penitenciario escoltado por agentes de seguridad del Estado, acompañado por el Procurador General de la Nación José Ayú Prado y por el médico que le acompañó en el viaje desde Paris.


Ésta se constituye en la primera noche del reo Noriega en una prisión panameña. Debe purgar más de 60 años de cárcel por tres condenas impuestas en su ausencia por delitos de homicidio y desaparición forzada.

Podrá ser visitado por sus familiares varias veces a la semana.


En las afueras de El Renacer, vícitimas de su dictadura protestaron y pedían justicia.


Su llegada también abrió las heridas de las familiares de los miles de panameños que murieron por el bombardeo de EU a Panamá, en la navidad de 1989-

Panamá cierra una página de su historia y abre otra: la de la justicia

Reporte desde Ciudad de Panamá, diciembre 11 de 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

NORIEGA: UN REO QUE RADICALIZA



#Noriega regresa este domingo. Los panameños se radicalizan mientras suman sus crímenes y desempolvan las cuentas de su mítica fortuna. #panamá


La llegada este fin de semana del ex dictador Manuel Antonio Noriega a Panamá tiene exaltados y divididos los sentimientos de los panameños que se mueven entre el temor, el odio, el perdón y olvido o el castigo implacable para con el recluso más famoso de su historia.

Ni siquiera el gobierno que tramitó su extradición desde Francia oculta sus temores: "no sabemos de donde pueda salir un loco", ha dicho acá en Panamá el canciller Roberto Henríquez que tiene la compleja misión de coordinar el operativo de repatriación y el viaje de dieciséis horas de vuelo que traerá de vuelta al feroz dictador, luego de veintidós años de ausencia.


"Si le pasa algo haríamos el ridículo internacional. Yo tengo la obligación de entregarlo sano y salvo al sistema judicial que lo requiere para ser condenado y procesado", ha dicho Henríquez, tras confirmar que se incrementaron los sistemas de seguridad en la cárcel El Renacer, donde Noriega será recluido tras su regreso.

Su retorno tiene a los panameños opinando por igual, aunque desde diferentes esquinas. Hay sectores enardecidos e indignados porque temen que la repatriación termine convirtiéndose en un premio que le permitiría al anciano ex dictador pasar los últimos años de su vida en su patria, junto a su familia, mucho más si se tiene en cuenta que Noriega podría recibir los beneficios de una ley que otorga casa por cárcel a los reos mayores de 72 años.
Otros se muestran partidarios de concederle la ex cancelación con el argumento de que ya pagó sus culpas pues lleva veintidós años encarcelado, veinte de ellos en prisiones de los Estados Unidos donde purgó condena por narcotráfico y dos años y medio en la prisión francesa de La Santé, donde pagó parte de la condena impuesta por ese país por lavado de activos del Cartel de Medellín.
Los ánimos panameños también se mueven entre la compasión con el tirano y el temor por su regreso. Compasión porque dicen que el reo Noriega no sólo envejeció en prisión sino que presenta serios quebrantos de salud propios de su avanzada edad y producto de un derrame cerebral que le impide moverse con facilidad.

Y temor porque la llegada les inquieta tanto como lo fue su partida en aquellos días aciagos de la navidad y el año nuevo de 1989, cuando EU, en su intento de derrocarlo, bombardeó indiscriminadamente sobre objetivos militares y civiles, dejando un saldo trágico de miles de panameños muertos, la mayoría de sectores pobres.
Con la extradición de Noriega las heridas que parecían sanadas se reabren de nuevo tanto en las familias de las víctimas de la dictadura como en el corazón de los allegados a los muertos caídos durante la invasión estadounidense en aquella negra navidad del 89.

Su llegada es ya un hecho. El gobierno ha confirmado que Noriega tocará suelo panameño entre el sábado y domingo próximos. Los médicos de la custodia de seguridad han dado parte positivo para que el anciano ex dictador tome el vuelo de regreso.

Y detrás de él llega el pasado pero también un presente de justicia pues los altos magistrados de la Corte Suprema de Justicia han manifestado no temerle a su llegada, pues dicen haber dado ya pasos agigantados para sus condenas.
Y es cierto. En su ausencia le han condenado a pagar más de 60 años de prisión en Panamá por varios asesinatos y desapariciones forzadas a líderes de la oposición y a militares sublevados durante su dictadura.
Además en Panamá a Noriega le esperan otras causas criminales en su contra, aún sin resolver que van desde asesinato y desapariciones forzadas hasta daños ambientales. El aparato judicial dice estar movilizado para enjuiciarlo debidamente.(ver artículo Panama sacude su memoria)

Pero mientras la justicia avanza y los abogados defensores del ex dictador hacen lo propio, entre los panameños ha ido creciendo el mito de la inmensa fortuna de Noriega como una fábula en la que no se sabe dónde está el hilo invisible que separa la realidad de la ficción.

Y este mito es comprensible pues se cree que Noriega amasó grandes sumas de dinero desde los mismos inicios de su vida castrense cuando fue nombrado Jefe del Servicio de Inteligencia o el G-2, desde donde se asegura, permitió el narcotráfico y se lucro de él.

Sus arcas también se habrían enriquecido con jugosas sumas de dinero entregadas por la CIA que lo captó como agente desde los primeros años de militar, al igual que millonarios recursos que habría desviado ilícitamente del erario público cuando se convirtió en el malévolo dictador que fue.
Y como si fuera poco Noriega habría recibido millonarias sumas de dinero provenientes del Cartel de Medellín por favorecer el tráfico de droga y permitir el lavado de dinero. Precisamente la condena impuesta por la justicia francesa estuvo relacionada con el blanqueamiento de activos de ese grupo criminal.

Y acá en Panamá la justicia lo condenó, en ausencia, a 20 años de cárcel por su responsabilidad en la muerte, en 1985, del médico panameño Hugo Spadafora, cuyo cuerpo fue hallado decapitado en la frontera costarricense-panameña. Antes de su asesinato Spadafora venía denunciando los nexos de Noriega con las mafias del narcotráfico.

Pero volviendo al tema de la fortuna de Noriega, agentes de la DEA que participaron en la cuestionada "Operación Justa", que terminó con el derrocamiento y la entrega de Noriega, el 3 de enero de 1990, aseguraron en su momento que en la casa del ex militar fueron hallados 8 millones de dólares en bolsas del Banco Nacional de Panamá, junto a su pasaporte.
En su momento se dijo que el sistema de justicia de los Estados Unidos autorizó el descongelamiento y desembolso de 6 millones de dólares de su fortuna para cubrir los gastos de defensa de Noriega en el juicio que se le adelantó en ese país por narcotráfico. Está decisión generó reacciones adversas porque el dinero tenía procedencia ilegal.

De todas maneras acá en Panamá se asegura que el ex general aún conserva una gran fortuna, parte de ella estaría en manos de testaferros, por eso no han faltado voces que dejan ver el temor de que Noriega pudiera hacer uso de sus dineros para corromper el sistema judicial y ponerlo a su favor, lo que no son más que meras suposiciones dentro de un ambiente caldeado y exacerbado por el retorno del reo Noriega y en una Panamá democrática, fortalecida y distinta.

¿Mitos o realidades? Lo cierto es que el malévolo ex militar está a punto de que lo suban a un avión que lo traerá de regreso a enfrentar su pasado, a ponerle la cara a los viejos tiempos en los que se creyó invencible gobernando al país sin atender a su pueblo, únicamente conforme a su voluntad y de espaldas a la justicia. Ahora es la justicia la que dice no temerle.